¿Qué le pasará a tu iPhone cuando lo cambies en Navidad?

Jonathan Ruiz Torre.

Lo que hoy abunda es la escasez. Pero supongamos que consiguen un iPhone nuevo a cambio de su aguinaldo o de su bono de fin de año.

Para bajar el precio de compra, las tiendas Apple prometen ‘créditos’ que van desde 545 pesos a cambio de un iPhone 6, hasta 9 mil 20 pesos por un iPhone 12 Max, usados, dependiendo de su estado. El crédito es útil en la compra de productos de la compañía.

Ese programa que parece solo un gancho de mercadotecnia esconde un proyecto más profundo que involucra la revolución de la ‘economía circular’, pues ya no alcanza lo que hay en la Tierra para todo lo que necesitan las empresas y sus clientes, un asunto que queda de manifiesto durante la COP26 que cierra en Glasgow, Escocia, esta semana.

La opción es recuperar material de productos vendidos con el afán de mantener la operación.

Si lo entregan en la tienda, su viejo iPhone quedará en manos de ‘Margarita’ o Daisy, en inglés. Éste es un robot hecho de piezas recicladas de uno anterior llamado Liam.

No imaginen un androide sino un pequeño laboratorio transparente y sellado que cabría en medio salón de clases, en su interior, varios ‘brazos’ articulados de metal hacen el trabajo.

En lugar de armar productos, como suelen hacerlo la mayoría de los robots en las fábricas, a un ritmo de 200 dispositivos por hora y desde 2018 Daisy desarma smartphones vendidos por la compañía dirigida por Tim Cook. Son casi 2 millones de teléfonos los que puede desintegrar ‘Margarita’ cada año.

A Daisy se sumó Dave, otro robot útil para desmantelar ese motor miniatura que contienen estos productos desde su versión iPhone 7 y que conceden a su dueño esa sensación de leve golpeteo al ejercer determinada presión en la pantalla. Como si se tratase de un delicado botón.

“(Dave permite) la recuperación de materiales como raros imanes, tungsteno y acero”, detalló Apple en su reporte 2021 de ESG (Environmental, Social and Governance).

En Austin, esa ciudad de Texas que de a poco se convierte en un centro de innovación norteamericano, la compañía lanzó un laboratorio de recuperación de materiales para desarrollar mejores tecnologías de reciclaje.

¿Acaso Apple es una compañía que se enfoca en el cuidado medioambiental? Seguramente hace esfuerzos, pero hasta hoy apunta más bien a la supervivencia.

S&P Global la califica con un ESG Score de apenas 29 puntos y en lo concerniente concretamente al control de su cadena de suministro, le dio 25 puntos de los 99 que tiene el mejor exponente en su industria.

La compañía no controla la disponibilidad ni los precios de las materias primas que necesita para producir sus artefactos. Lo que está haciendo Apple es ver la manera de garantizar su proveeduría para darle viabilidad a la empresa en el largo plazo.

“En el año fiscal 2020 lanzamos siete productos con más de 20 por ciento de contenido reciclado. El MacBook Air con pantalla retina (2020) contiene un 40 por ciento de material de fuentes recicladas, incluido un 100 por ciento de aluminio reciclado en la carcasa”, detalló Apple en su informe de ESG 2021.

El iPhone12 y el 12 Pro, fueron los primeros productos de Apple fabricados con 99 por ciento de tungsteno reciclado y 98 por ciento elementos raros reciclados. El reciclaje concede control y reducción de costos.

Tesla y Panasonic reciclan baterías para coches eléctricos, en una práctica que persigue el mismo interés.

Casi todas las grandes empresas se enfocan en controlar su cadena de suministro y conseguir ahorros de esta manera, Schneider Electric, metida en los sistemas nerviosos de casi todas las ciudades, consiguió que sus actividades de ‘circulación’ representen ya 12 por ciento de sus ingresos y le eviten la compra de unas 50 mil toneladas de materiales cada año. La economía circular avanza rápidamente y como parece ser la norma, las empresas no se mueven solamente por el amor de sus accionistas a la naturaleza, sino al capital mismo.