Estados Unidos prepara al Ejército para luchar contra la variante ómicron
Biden hace un llamamiento dramático a que los estadounidenses se vacunen: “Tienen una obligación para con ustedes, sus familias y, francamente, su país”
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que va a enviar a mil médicos y enfermeros de las Fuerzas Armadas a los hospitales que estén sobrepasados por los pacientes con Covid-19 en los próximos dos meses. Biden ha anunciado esa medida durante una comparecencia este martes en televisión en la que también ha explicado que el Estado enviará el mes que viene por correo 500 millones de kits para hacer pruebas de Covid a los ciudadanos estadounidenses, y que ya ha ordenado el despliegue de equipos médicos de urgencia a los hospitales de los estados de Wisconsin, Indiana, Michigan, Arizona, New Hampshire, y Vermont.
Otras medidas de emergencia, que serán coordinadas por FEMA -el equivalente de Protección Civil en EEUU- incluyen la puesta en estado de alerta de cientos de ambulancias y equipos de emergencias que están siendo distribuidos por todo el país ante la eventualidad de que sean necesarios a medida que la variante ómicron del Covid-19 siga golpeando a Estados Unidos. Hace cinco días, solo el 3% de los positivos eran de esa mutación; ahora es el 73%.
Con el anuncio, Biden juega la carta de la responsabilidad en la lucha contra el Covid-19, que le dio muy buenos resultados en sus primeros meses de presidencia y, también, en la victoriosa campaña electoral de 2020. Pero en el mensaje el presidente también hizo un llamamiento dramático para que los estadounidenses se vacunen contra el Covid-19. “Tienen una obligación para con ustedes, sus familias y, francamente, su país”, dijo Biden, que recalcó que, para estar seguros ante la ómicron, basta con “recibir la dosis de refuerzo y ponerse una mascarilla”.
No es así como lo ven muchos de los compatriotas del presidente. Apenas el 61,5% de la población estadounidense está vacunada, según datos de la agencia de noticias Bloomberg, lo que supone casi veinte puntos menos que en España.
Y las cifras revelan que es, en buena medida, algo vinculado a la ideología. Mientras que el 91% de los ciudadanos que se definen votantes del Partido Demócrata están vacunados, solo el 59% de los republicanos lo están. De hecho, Donald Trump ha sido abucheado dos veces por sus seguidores por defender las vacunas.
La primera vez fue el 22 de agosto. La segunda, el lunes. En su mensaje en televisión, Biden recordó que su predecesor ha recibido la tercera dosis de la vacuna. “Puede que sea una de las pocas cosas en las que estamos de acuerdo”, remachó el actual presidente.
Pero la oposición a las vacunas y las teorías conspiratorias gozan de una salud extraordinaria. Ayer, se hizo público que el comentarista Jesse Watters, de la cadena de televisión Fox News, que destaca por su apoyo a Donald Trump, había insinuado en un acto público con la posibilidad de que alguien asesine o, al menos, acose, al máximo asesor de Biden en la lucha contra la pandemia, Anthony Fauci. Fue el lunes, en el ‘Festival Estadounidense’ (AmericanFest).
Watters se dirigió a la audiencia, formada por jóvenes conservadores, con un mensaje en el que proponía tender “una emboscada” que fuera “mortífera” al médico, de 81 años.
La “emboscada” simplemente consistía en repetirle a Fauci una de las teorías conspiratorias más enloquecidas, que dice que fue él quien financió la construcción del centro de investigación biológica de Wuhan del que es posible que se escapara el coronavirus (cómo China deja que un estadounidense que lleva asesorando a todos los presidentes de su país desde Ronald Reagan le financie un centro de estudios es algo que los conspiradores aún no han explicado).
Pero Watters jugó con la ambigüedad al decir que tras soltarle esa acusación “¡Boom! Fauci está muerto, está muerto. Se ha acabado”. La emboscada, así, es mortal.