El amenazante precedente de 2015 y la crítica de Ancelotti: “Estábamos de vacaciones”

El Madrid perdió su primer partido del año, ante el Valencia, y se despeñó después de 22 victorias consecutivas. La distancia con los otros candidatos no era comparable pero existen coincidencias

Es muy poco habitual ver a Carlo Ancelotti perder la serenidad que le caracteriza. Tiene tablas, muchas, y tiene temple, aunque el sensor de su estado emocional sea la ceja que sube y baja. En el Coliseum, sin embargo, no hubo que fijarse en los detalles de su rostro. La ira del italiano en la banda fue evidente desde los primeros minutos, algo que no parecía justificable solo por el error de Militao, cuando prácticamente todo el partido estaba por disputarse. Por sus gestos, en cambio, no parecía ser el principio del duelo, sino el final.

Ancelotti la emprendió con el cuarto árbitro, al que insistía por las entradas del Getafe, intensas, duras, aunque nada que se saliera del guion esperado frente a un rival necesitado o que su Madrid no hubiera afrontado otras veces. Quizás le asaltaran sus recuerdos, los peores en sus sendos pasos por el Madrid. En 2015, meses después de haber levantado la Décima y de iniciar otro curso como un acorazado, regresó a la Liga, el cuatro de enero, con una derrota frente al Valencia (2-1), preludio de un derrumbamiento cuya única explicación parecía estar en un once exprimido. Acabó aquel curso sentenciado en el Bernabéu frente al mismo equipo (2-2) y sancionado porque, a dos jornadas del final de la competición, se burló del colegiado Clos Gómez, al aplaudirle en su cara, tras un impotente ejercicio de los suyos. Ayer, dejó el Coliseum sancionado con una amarilla, muy enojado y sin saludar siquiera a Quique Sánchez Flores, camino del vestuario. El destino es caprichoso.

Ancelotti no quiso hacer memoria y justificó sus protestas en el hecho de que el colegiado Melero López no hubiera amonestado antes a los futbolistas de Quique Sánchez. No es momento de invocar fantasmas. Se refirió a la escasa respuesta de su equipo, que según el técnico italiano, continuaba de «vacaciones». No más.

CUATRO PUNTOS SOBRE EL BARÇA
La coyuntura no es como entonces, es verdad. Pese a la racha de entonces, de 22 victorias consecutivas, la mayor ventaja que logró sacar el equipo blanco en la Liga sobre el Barcelona fue de cuatro puntos, en la jornada 15 (39 frente a 35). Ahora es distinto. La multiplica prácticamente por cuatro frente a los azulgrana, aunque con un partido más, y por tres frente a los rojiblancos, que también entonces acababan de ganar la Liga anterior, aunque el peso de la final europea de Lisboa, resuelta a favor del Madrid, era cualitativamente incomparable.

Ahora dispone el Madrid de un margen enorme sobre los otros grandes candidatos, pero permanece la incógnita de si sus jugadores, los principales pasados los 30 años, resistirán sin rotaciones o de si el italiano optará por ellas, precisamente cuando los compromisos de nivel se acumulan para el equipo blanco en las próximas semanas. Las utilizó el italiano en el inicio de la temporada, hasta los sustos del Sheriff, en la Champions, y la caída en Cornellà, ante el Espanyol. Desde entonces, en octubre, no había perdido el Madrid, con un once muy fijo. En Getafe, volvió a hacerlo, sin que las bajas por Covid mermaran su estructura, más allá de la baja de Vinicius, hoy un futbolista clave. En los últimos tres partidos de Liga, si contamos el adelantado ante el Athletic, ha perdido cinco puntos.

SIN EXCUSAS

«No me preocupa que se corte la racha», afirmó Ancelotti, muy seguro de que la derrota se debía a un problema circunstancial, no a un cambio de tendencia. «Preparar estos partidos tras el periodo de las Navidades con jugadores que viajan fuera no es fácil, pero hablar de esto sería buscar excusas y no quiero hacerlo. No hemos jugado bien, no merecimos ganar, aunque creo que tampoco perder», manifestó.

«No hemos sido el Madrid de antes de Navidad, con menos concentración y compromiso, y ya avisé de esto a los futbolistas ayer [por el sábado] después del entrenamiento. Seguramente, esto es un toque de atención para un equipo que estaba todavía de vacaciones.

Es posible que el entrenador lo estuviera también», insistió, aunque rápidamente quiso pasar página a lo acontecido en el Coliseum. Debatir en exceso puede generar dudas que el equipo no tiene. O no tenía. «Esto ha pasado ya y miramos hacia adelante con mucha ilusión, porque somos líderes y estamos motivados para lo que viene». Y porque lo son a mucha distancia, no como en 2015. Lejos de la Liga, tampoco es momento dudas: Barça en la Supercopa y PSG en la Champions.