“Puedo ser la voz de los que no son escuchados”: aspirante a la rectoría de la UNAM

Jueves 21 de septiembre 2023

Daniel Trejo Medina destaca su experiencia académica y su visión de abordar problemas como la atención a los jóvenes, la violencia de género y las condiciones laborales de los profesores de asignatura.

Es profesor de asignatura en la UNAM desde hace 15 años, por lo que dice conocer la problemática laboral que enfrenta este sector de la comunidad universitaria, pero además, el contacto constante con estudiantes le permite saber sus deficiencias y urgencias, afirma Daniel Trejo Medina, profesor en la Facultad de Contaduría y Administración.
​Con estudios de posgrado en Ingeniería, Administración y Derecho, el aspirante a la Rectoría de la UNAM se siente tranquilo y confiado que, pese a no tener el aparato administrativo o político, él se puede presentar ante la Junta de Gobierno de la Universidad para ofrecer una propuesta de trabajo que incluya a los que, asegura, no siempre han sido escuchados.
En entrevista con MILENIO, el Doctor en Ciencia de la Administración por la UNAM considera que es necesario atender a los jóvenes en bachillerato e iniciación universitaria, así como voltear a ver las sedes universitarias fuera del campus central.

¿Por qué alzar la mano para dirigir a la UNAM?

“Tengo 15 años de dar cátedra, todo el día. Estoy frente al pizarrón escuchando los alumnos y también escuchando a muchos profesores de asignatura. En algún momento estuve trabajando con investigadores, el tronco de nuestra universidad. Me ha tocado ver una evolución y además me tocó la pandemia donde el rector Graue hizo una excelente labor, pero en este proceso el mundo no es lo que solía hacer y se ha tecnificado cada vez más.
También he tenido una vida empresarial y en la parte del sector público. He tenido la oportunidad de aprender también de diferentes culturas, la Universidad no sólo es del país, es una Universidad del mundo. Viendo estas oportunidades, dije: es un buen momento; alineado a que muchos compañeros me dijeron: ‘tú no tienes un compromiso político, no estás sesgado por ningún grupo de poder y pudieras tener la voz de los que a lo mejor no llegan porque no tienen un grado, la experiencia o incluso la edad’”.
​¿Cuáles serían los problemas a atender de manera inmediata en su proyecto?
“Afortunadamente el rector Graue y su equipo ha hecho un gran trabajo, pero hay cosas que se tienen que seguir potenciando. Es evidente la violencia de género, hay que atenderla y ponerle un proceso jurídico correspondiente que tenga que incidir en la legislación universitaria, pero no dejemos de lado a todos los menores de edad.
En la Universidad tenemos niños de iniciación universitaria de bachillerato, ¿Dónde están estos niños?, ¿Por qué no hay un protocolo que cuide el interés superior de la niñez? Son el 28 por ciento de los estudiantes de toda la Universidad que hasta donde yo he leído las propuestas de mis colegas en el proceso ninguno la atiende. Nos estamos olvidando de los niños, ellos son la sangre nueva de nuestra Universidad”.
Usted es profesor de asignatura. ¿También plantea mejoras en las condiciones laborales de este sector?

“Somos 42 mil académicos, 13 mil son de tiempo completo que se han ganado su lugar con mucho trabajo y hacen una labor muy buena. Hay 29 mil académicos de asignatura. Históricamente se ha considerado que los académicos de asignatura venimos por el placer de dar la clase sin ningún fin de lucro, y creo que muchos lo empezamos a hacer así, pero hay otros profesores que sí han crecido en el tema de la academia, que tienen grados de doctorado y que viven de ser profesores de asignatura. Entonces, ellos no tienen una certeza en largo plazo, y también necesitamos abrir plazas, pero esto va de la mano de la economía y del presupuesto público. 
Entonces se tiene que atender, hay programas institucionales que intentan dar un mayor ingreso a los profesores, pero incluso se pueden crear algunos otros tipos de mejoras, por ejemplo, acceso a la cultura para el profesor y su familia, darles algún tipo de prestación para sus hijos e incrementarles su capacidad educativa. 
Creo que sería una manera de beneficiarlos, mientras podemos hacer un trabajo a nivel local, federal y estatal que nos brinde de mayor presupuesto para llevar a estos profesores el incremento”.
¿Cómo se siente contender desde el aula?
“Considero que quien vaya a ser el rector tiene que ser por meritocracia, por capacidad, por visión, por lo que le pueda aportar a la Universidad. Evidentemente, a compañeros por ser directores de Facultad, pues les habilita poder mover una cantidad muy importante de alumnos, pueden llenar auditorios, movilizar profesores. Es un tema un poco complicado, pero yo soy un poco de esa voz que no siempre ha sido escuchada. 
Esos 29 mil académicos, algunos investigadores, y que posiblemente el estar más próximo a ellos me hace sentir un poco la necesidad, lo que puede ser como una desventaja, yo lo veo como una ventaja, porque yo estoy en el día a día de las realidades. Hay muchos profesores y directores que sí dan clase, pero otros hay otros que mandan al ayudante. 
Cuántos de los hijos de estos candidatos tienen a sus hijos a la universidad, yo sí. Yo soy un fiel creyente de la universidad, entonces yo no me veo dirigiendo algo en lo cual yo lo ponga mi vida, es decir, mi familia”.
Defina una característica de usted para con la Universidad…

“Amor y resiliencia. Estoy donde me gusta, lo hago porque quiero y además me ha tocado vivir muchas situaciones que me han hecho resiliente, entonces cuando uno quiere algo procura componerlo, no lo quiere destruir, no lo quiere cambiar radicalmente, quiere vincularse.
La Universidad tiene que mejorar en muchos rubros, se ha hecho muy buena labor, pero hay materias que están un poco olvidadas el tema de la cultura y el deporte requieren mayor impulso”.
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