El cura Marcelo Pérez quería hacer de Chiapas “un lugar de paz”

22 de Octubre 2024

San Andrés Larráinzar, Chis. El sacerdote Marcelo Pérez Pérez quería que Chiapas no fuera un infierno, sino un paraíso de paz, afirmó el cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, quien ordenó al clérigo hace 22 años.

Marcelo no quería que nadie, indígenas y mestizos, viviera en la esclavitud de la marginación, la pobreza, el racismo y la exclusión que tantos hermanos sufren; que se pueda vivir otra vida mejor de paz, libertad y unidad, añadió durante la homilía de la misa de cuerpo presente celebrada ayer por la mañana en la cabecera de San Andrés Larráinzar, de donde Pérez Pérez era originario.

Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal, señaló que Marcelo Pérez, quien contaba con 50 años de edad, nunca se avergonzó de ser tsotsil, siempre llevó sus raíces en su corazón y por eso está aquí con su pueblo. Ustedes quisieron que no se quedara en la catedral de San Cristóbal, sino que esté aquí con su pueblo, porque él es de su pueblo. Aseguró igualmente que el presbítero fue un regalo de los tsotsiles a la Iglesia y a la diócesis; siempre fue un constructor de la paz.

El cuerpo del religioso, quien admiraba y era seguidor del trabajo pastoral del arzobispo salvadoreño ya canonizado Óscar Arnulfo Romero, asesinado por un escuadrón de la muerte el 24 de marzo de 1980 en San Salvador cuando oficiaba una misa, fue llevado a San Andrés Larráinzar la noche del domingo para ser velado en la casa de sus padres.

Ayer a las 9:30 horas el féretro fue llevado frente al templo de San Andrés para la celebración de una misa de cuerpo presente encabezada por el obispo de San Cristóbal, Rodrigo Aguilar Martínez, y por Arizmendi Esquivel.

El ataúd fue llevado en hombros por familiares y amigos. Pasó frente a la antigua alcaldía oficial, ahora sede el municipio autónomo zapatista Sacamchén de los Pobres, y frente al edificio donde el 16 de febrero de 1996 se firmaron los acuerdos de paz entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que todavía no se han cumplido.

En un templete en el cual se instaló un altar, Arizmendi Esquivel señaló que Pérez Pérez dio siempre la vida por sus hermanos. Que su vida sea una ofrenda para Dios, y traiga la paz y la justicia que tanto necesitamos.

Mientras algunas personas lloraban y observaban el rostro del cura a través del cristal del féretro, el cardenal agregó: Yo te ordené sacerdote hace 22 años y te mantuviste siempre fiel. Un buen sacerdote, hombre de oración y servicio al pueblo. Gracias, Marcelo, por tu entrega, generosidad, por todo lo que has hecho y eres para tu pueblo, para la Iglesia y para todo el mundo. Que tu muerte no quede inútil, sino que dé muchos frutos, como la muerte de Jesucristo.

En conferencia de prensa ofrecida al final de la misa, a la que asistieron sacerdotes y más de 500 personas, Rodrigo Aguilar dio a conocer que las autoridades no han informado a la diócesis de San Cristóbal los avances en las investigaciones, ni si hay detenidos por el asesinato del clérigo.

A pregunta de un reportero, el obispo manifestó que la Iglesia católica espera del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum una decidida actuación para restablecer la paz en el país, y desde luego en Chiapas. Esperamos que se decidan a intervenir para que haya paz.

Felipe Arizmendi pidió a las autoridades que vean una forma inteligente de cómo desarmar a esos grupos armados, que no estén esperando que la gente haga denuncias porque no lo hará, ya que se juega la vida. Lo importante es que vean con inteligencia qué hacer para desarticular, desarmar y eliminar a esos grupos. No queremos más violencia, pero sí que se desarmen esos grupos. Las estrategias no han funcionado.

El cuerpo del padre Marcelo Pérez fue velado una noche más en casa de sus padres y el martes será sepultado en un espacio al lado del templo de San Andrés, donde unos 10 hombres empezaron a cavar la tumba ayer por la mañana.