Es tiempo de que la transformación se sienta en el STPRM ¡elecciones libres ya!

Cecilia Sánchez García

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la renuncia de Carlos Antonio Romero Deschamps a Pemex y, el martes pasado, dio a conocer que gracias a dos denuncias presentadas por la Unidad de Inteligencia Financiera, la Fiscalía General de la República investiga al exlíder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) por depósitos que ascienden a 309 millones de pesos.

Para los trabajadores del STPRM, estas acciones representan el avance de un proceso que debe culminar con la cárcel para Romero Deschamps y para su séquito de cómplices. Las secciones del sindicato siguen plagadas de corrupción bajo el yugo de los seudolíderes que el exdirigente dejó enquistados y que aún replican sus prácticas más añejas.

A nadie sorprende, por ejemplo, que el arranque de campaña del abanderado del PRIANRD a la gubernatura de Campeche estuviera lleno de trabajadores petroleros de la sección 47, obligados por Víctor Kidnie, a quien no le importó que se contagiaran con tal de quedar bien con el PRI y su coalición.

Desde el templete y de la mano del candidato, Kidnie envió un mensaje muy claro al gremio petrolero y político nacional: mientras no se les juzgue y castigue, estos personajes seguirán cobrando favores y utilizando a las y los trabajadores como capital político al servicio del PRIANRD.

Como Kidnie, hay muchos dentro del STPRM, líderes charros que han hecho cuantiosas fortunas al margen de la ley, que han construido carreras políticas y que se han servido del patrimonio de México a través de artimañas, como lo son la venta de plazas, el cobro de cuotas a discreción, el huachicoleo y el despojo de inmuebles que pertenecen a Pemex. Lamentablemente, quien se ha atrevido a alzar la voz y a denunciar ha sido amenazado, violentado, incluso, hay quienes han sido asesinados.

Nada de esto es nuevo, el charrismo sindical opera así desde hace décadas y no es exclusivo del sindicato petrolero. Sin embargo, a partir de la cruzada de la Cuarta Transformación para erradicar la corrupción, las y los petroleros esperamos que pronto se haga justicia.

Con la renuncia de Deschamps a la Secretaría General del STPRM, y con las reformas a la Ley Federal del Trabajo en materia de democracia sindical —iniciativa que propuse al llegar al Senado de la República— hoy las y los trabajadores tenemos la oportunidad de cambiar las cosas.

Por ello, a través de varios exhortos y por medio de este espacio, solicito atentamente a la secretaria de Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, que cumpla con el compromiso de hacer válida la democracia y la libertad sindical en el STPRM. El gremio petrolero ha esperado por décadas poder elegir libremente a sus líderes sin amenazas y sin miedo.

Asimismo, me dirijo a quienes manejan el STPRM para solicitarles que dejen de estar buscando argucias para evadir la ley, celebremos ya elecciones para elegir al secretario general. Demos certidumbre a las y los trabajadores, actuemos conforme lo mandata la ley.

Yo soy una más de las personas que han sufrido en carne propia la ambición desmedida de estos personajes, pero no han logrado y no lograrán que quite el dedo del renglón: Es tiempo de que la transformación se sienta en el STPRM, impulsemos la transparencia, la rendición de cuentas y reivindiquemos los derechos de las y los trabajadores. ¡Elecciones libres ya! ¡Cárcel para los corruptos!