¡Democracia efectiva sí reelección!

A propósito del anacronismo “sufragio efectivo no reelección” y la reelección de facto que vivimos con los gobiernos prianistas.
Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio
Traigo a colación el tema tabú en que hemos convertido los mexicanos, cuando menos históricamente, la “reelección de nuestros gobernantes”, resumida en la emblemática frase maderista “sufragio efectivo no reelección”, y planteo la necesidad de superar el prejuicio de la “no reelección” como una de las medidas que tenemos que tomar para fortalecer la democracia en México.
El tema de la “reelección de nuestros gobernantes” pareciera que se ha olvidado el contexto histórico que la originó y las condiciones de México cuándo Francisco I. Madero la acuñó y la convirtió en el estandarte de su lucha por instalar una democracia ilustrada, contexto que tienen que ver con construir candados y condiciones legales que evitarán repetir las dictaduras que antecedieron a la Revolución mexicana, la de Santana y la de Porfirio Díaz.
Es menester señalar que esa dictadura de Porfirio Díaz contenían una incipiente democracia que en ocasiones fue utilizada como un instrumento para sostener durante tanto tiempo en el poder a dicho personaje histórico de México, y que la Revolución entre comillas con la “no reelección” había puesto fin, y permitía a México entrar a la modernidad ilustrada. Y digo entre comillas, porque a la postre, el sistema de un único partido, y después de un único grupo del poder factico construyeron los mecanismos paradójicamente “democráticos” para intentar perpetuarse en el poder público, y usaron la democracia para legitimarse en el poder público. Esto trajo como consecuencia el deterioro de la democracia como el instrumento de la modernidad para legitimar el poder público, y el deterioro del sistema de partidos políticos, y el fracaso de la división de poderes, causada por el contubernio de la clase político con el poder económico y mediático (medios de comunicación) contra natura a la autonomía que está implícita en la misma democracia. Desafortunadamente, el “sufragio efectivo no reelección” se convirtió en un adorno retórico y en un anacronismo disfuncional.
Creo que las luces de la ilustración con sus orgullosos ejes trasversales, la división de poderes y la pluralidad democrática sólo han servido para afianzar el poder hegemónico mundial neoliberal, haciendo ad hoc indistintamente con la democracia según sus conveniencias, y lo vemos reflejada permanentemente en los asuntos de la geopolítico, así mismo vemos señalar insistentemente a Cuba como una dictadura, pero no a China aunque este país tenga la misma forma de gobierno de un solo partido político, y últimamente verlo cuestionar al presidente de la hermana república democrática del Salvador Bukele por “atentar contra la división de poderes”, aunque está en su derecho constitucional democrático destituir a los magistrados. Es decir, la ilustración democrática es al final de cuenta la narrativa del sistema dominante que permite el sometimiento y el poder mundial de una clase política oligárquica que se releva el poder “democráticamente” según sus intereses y a unos llaman democráticos y a otros dictadores populista.
Hace poco escribí un texto donde traté estos temas y lo titule “pre-juicios de la democracia” (1), donde expuse esas contradicciones, y políticas hegemónicas:
Comencé el artículo con lo que sucede al respecto en la república del Salvador, pues considero que “la historia política del Salvador es copia fiel del proceso de degradación de la política y la clase política en América Latina”, y que en cierta forma, están viviendo un proceso de regeneración del poder político y público con el presidente Bukele como México con el presidente Obrador, “por eso, un influencer cómo Bukele, por cierto muy inteligente, por encima de la clase política de facto del Salvador, y sin salir de los partidos tradicionales llegó primero a gobernar la capital del Salvador, San Salvador, y luego, de forma contundente fue electo presidente del Salvador, y al igual que el Presidente Obrador, tuvo y tiene enfrente, y paulatinamente “están limpiando las casas”, no tan sólo a la clase política anquilosada en las estructuras del poder legislativo y judicial, operando en contra del proceso de saneamiento de la política y el proceso de eficientizar el gobierno para que sirva a resolver los problemas que ocasión la vida en sociedad, sino también tienen al poder económico en contra y el poder mediático.
Vemos hace poco tiempo al impertérrito vigilante de la democracia y todo poderoso líder del mundo neoliberal los Estados Unidos en voz de su presidente Biden, ahora preocupado porque corrieron a los “pillos” magistrados, “baluartes de la calidad de la democracia y la división de poderes” en el república hermana del Salvador, y expresar “su grave preocupación por la destitución de magistrados,…aunque, previamente el mandatario Bukele había expresado a la comunidad internacional que en su país estaban -limpiando la casa-” democráticamente de esa decadente clase política salvadoreña.
Creo que definitivamente la división de poderes es un mito ilustrado, pues cuando el pueblo decide y quiere, asume todos los poderes para construirse una mejor sociedad, y si tiene que ejercer el derecho de elegir al mismo gobernante porque está haciendo bien las cosas, pues no hay ley que esté por encima del poder popular del pueblo. Y siguiendo el mito, e incluso pensando que es posible que deje de ser mito y podamos hacerlo una realidad, me referí que cuando el pueblo decide y quiere otorga todos los poderes a quien quiera que lo represente para construir un mejor mundo, y, por último, apelando a la democracia, su instrumentalización, creo que la sociedad mexicana y la clase política tiene el derecho de opinar ilustradamente sobre la reelección de sus gobernantes y que a través del voto le otorguemos el poder al pueblo pueda reelegirlos cuando le plazca. Hablemos de México como un país de con madurez democrática, estoy convencido que es hora de grandes cambios estructurales para emerger como un país soberano capaz en civilidad e inteligencia resolver sus graves problemas que vive y coadyuvar a construir un mejor mundo.
La democracia, aunque un mito, debemos hacerla real y que funcione, y para ello debemos superar algunos prejuicios, pero también dejar de engañarnos sobre sus alcances y dejar de usar la misma democracia como un instrumento ideológico, además de someterla a una permanente critica sus preceptos.
Uno de esos preceptos, es evitar las mayorías en aras de “la pluralidad y el equilibrio de poderes”, prejuiciosamente pensando en cuidar el sagrado equilibrio de los poderes trasgredir la esencia de la democracia que es el poder del pueblo, cuando simplemente la democracia tiene implícito y explicito que el pueblo tiene el poder para decidir si reparte el poder u otorga una mayoría absoluta, no se le puede impedir ni mucho menos acotar, está en la potestad del pueblo decidir y no en “un órgano “autónomo” como el INE intentar acotarlo y querer convertirse en guardián de la “pluralidad y el equilibrio”, y con ello estar por encima de la potestad del pueblo. Ejemplo de esa potestad absoluta del pueblo, es ver cómo le otorgó al presidente del Salvador Bukele, tener mayoría en el poder legislativo, y con ello, cambiar el poder judicial por corrupto, y formar un solo poder a favor del pueblo, como sucede en muchas latitudes.
En el fondo de esta división de poderes existe un solo Poder, y éste poder debe ser del pueblo, aun cuando el poder del pueblo tenga que luchar a veces contra movimientos retrogradas retardatarios que caminan en sentido contrario a los intereses de las mayorías, y dificultando que Creonte haga entender que Antigona puede tener razón, pero nunca atentando contra los bienes de la ciudad.
Ayer hice un ejercicio en Facebook, con el título “democracia efectiva sí reelección”, con las preguntas: “dejemos el prejuicio de la no reelección de presidente, Estados Unidos, los países de Europa, y otros muchísimos más pueden reelegir democráticamente a su presidente y eso no significa dictadura, ¿por qué México no? …saben cuántos años estuvo Merkel en Alemania y cuántos lleva Putin gobernando Rusia… ¿Por qué ellos sí y nosotros no? ¿Qué hay democracias de primera y de segundas?”, y los resultados fueron que es un tema que está en la mente del mexicano, y que existe un porcentaje de más del 80% que está a favor de la reelección, también puedo decir que no se ve como un tema prohibido hablar, ni se vislumbran legalismos dogmáticos. Por lo que creo que la sociedad mexicana está preparada para comenzar a hablar de la reelección de los gobernantes como un derecho del pueblo y de los individuos.
Al respecto traigo a colación un texto que escribí hace algún tiempo exponiendo el prejuicio de la reelección, para ellos me permito recordar algunos párrafos del texto que titule “La ejemplaridad y coherencia de Evo Morales y AMLO”(2):
Hay un doble rasero con que el poder hegemónico mundial trata el tema de la democracia y la reelección en el mundo, dejando la impresión que hay democracias de primera y de segundas, y por ende, ciudadanos de primera y de segunda, por eso este poder hegemónico mundial neoliberal sitúa la reelección en América Latina como un símil de la dictadura, pensando que todo gobernante latinoamericano “encubre en la reelección una dictadura”, creo que el prejuicio a la reelección en América Latina al respecto, el Imperio en su narrativa es una estrategia fundamental para mantener el dominio, por eso lo vemos cuando se dirige despectivamente al tema de la reelección de los gobernantes en América Latina, ni siquiera permite contraponer el uso de la reelección de los gobernantes del mismo Estados Unidos de Norteamérica (“máximo ejemplo de democracia”), y a Europa que la reelección es un uso legal frecuente, y hasta podríamos decir, moderno. Por ese narrativa hegemónica demonante del Imperio y por nuestros prejuicios no le hemos podido quitarle el tufo de que todo mandatario latinoamericano que aspira a la reelección en América Latina es un dictador, y los ejemplos que azuza y juzga negativamente el Imperio a favor de esa narrativa genocida de dominio en América Latina son Cuba, (con un amoral embargo económico de más de 60 años, que ha impactado a la isla caribeña en más de 90,000 millones de dólares según Wikipedia)), Venezuela (también sufriendo la intromisión del Imperio), Bolivia (orquestando el Imperio con la Derecha un golpe de facto de estado) y últimamente, Nicaragua, como contrapuestas a “la pureza de la corrompida democracia” de los demás esbirros de la derecha que tienen a su favor en América Latina, por eso podemos decir, quién puede ver en Iván Duque que la democracia dio a un ejemplar mandatario preocupado por la pobreza de los pueblos de nuestra hermana república de Colombia, quién puede ver en Bolsonaro un ejemplo de probidad y grandeza de un Brasil que bien podría estar encabezando el movimiento progresista de nuestra América Latina, quién podría ver en Piñera en Chile una derecha honesta capaz de sanar y conciliar las heridas sufrida por el Imperio, de un Chile quien vivió en carne propia, con sus muertos y heridos, las estrategias mortales de dominio del Imperio, que no le importó matar a su presidente elegido democráticamente, Salador Allende, tan sólo por declararse de izquierda, y esto con tal de mantener el poder en el Mundo, y tratar a América Latina como su patio trasero”.
Como conclusión, podemos decir que paradójicamente vemos como en Europa un partido logra la mayoría absoluta y hace las políticas públicas, las modificaciones a la ley que cree conveniente, y en ningún momento lo ven como un atentado “al equilibrio de poderes” y a sus gobernantes como dictadores.
Sobre la reelección, si bien Francisco I. Madero tuvo su justificación de evitar con el “sufragio efectivo no reelección” la vuelta de las dictaduras, la otra dictadura de facto de un solo partido (PRI) y luego de un solo grupo político (PRI/PAN) no pudo evitarlas, por lo que hay que ver la “no reelección” como un anacronismo que debemos dejar en el pasado y superarlo.
Volviendo al poder del pueblo, si el pueblo ve en la praxis política de un político honestidad, capacidad y resultado, está en su justeza reelegirlo las veces que quiera. Pero no es así, hay un prejuicio, y quizás tenga que ver con la desvalorización de nuestra condición humana, hemos tenido que soportar que nos dicten clases de democracia otras sociedades y principalmente el Imperio, quien ahora está lejos de ser un ejemplo de democracia.
Hemos tenido que aceptar que hay clases de democracias, los del primer mundo, los del segundo, tercero y cuarto mundo, ad infinitun. Y a ellos (los poderosos del mundo) si pueden postularse y ser reelectos las veces que quieran, pero los demás mundos no están preparados para ejercer el poder público de esa manera, “esto es exclusivos de los modernos y civilizados, los bárbaros e inferiores nunca”, y raudos hemos escuchado las recomendaciones de nuestros amos y terapeutas.
Por eso apostemos para fortalecer la democracia. la reelección y entrar en un debate nacional para su implementación.
¡Democracia Efectiva Sí Reelección!
Julio 2021

Siempre he pensado que la división de poderes y la pluralidad no se da por decreto, esto es producto de la vida humana, quienes hacen aspavientos que en México no lo hay, apelan a esa prejuicio de concebir que la división de poderes y la pluralidad deben estar antes de la experiencia humana, y vemos a “eruditos en derecho” rascarse la cabeza desesperadamente cuando leyeron descontextualizado, mi comentario que “…le otorguemos todos los poderes a AMLO para que consolide la 4T…”, porque simplemente hay un solo diagnóstico que todo mexicano y toda mexicana con sentido común sabe que los últimos gobiernos neoliberales destrozaron a nuestro país a través de un saqueo “legitimado democráticamente”, el pueblo los eligió, pero no para que robaran a mansalva y saquearan las arcas públicas, por eso resulta patético como saca la oposición a AMLO, como contraejemplo, que el diseño del aeropuerto de Texcoco ganó un premio internacional de diseño arquitectónico, que nada tiene que ver con el jugoso negocio que planeaban los prianistas y que la cancelación les frustró, ahora si podemos nombrarles sin pre-juicio prianistas, porque son lo mismo, pese a negarlo por tanto tiempo.

Cuando sólo se presenta un solo proyecto de nación que tiene que ver con reconstruir al estado mexicano y sus instituciones, transitar hacia una democracia verdadera, hacer que el poder económico no meta mano en la política ni haga de ella su principal fuente de negocios, que primero sean los pobres, que los partidos políticos hagan vida democrática y se corra a esa clase política que los tiene secuestrados y que los ha usado como forma de vida y manutención personal, que recuperemos la certeza de futuro de nuestras nuevas generaciones, que la política sirva para resolver los graves problemas que vive México, que los medios de comunicación se limiten a informar imparcialmente y no a formar opinión ni hagan negocios con el poder público que les delimite su objetividad e imparcialidad, y que los políticos manden obedeciendo al pueblo; y no tengamos otra voz o propuesta de país y sociedad, y sólo veamos que se juntan unos partidos políticos por órdenes del poder económico: “la alianza Va Por México nació del interés del empresario Claudio X. González y de Gustavo de Hoyos, quien dirigió el más influyente sindicato de patrones: la Coparmex”, no podemos imponer por decreto la mentada pluralidad, se equivocan los pseudos intelectuales y el corrompido órgano “autónomo” INE cuando hablan de pluralidad y contrapeso para garantizar el equilibrio de fuerzas políticas, que por cierto nunca se preocuparon tanto en los pasados nefastos regímenes neoliberales prianistas..

Si bien la democracia, la visión ilustrada de la vida en sociedad hace aguas por doquier, es lo que tenemos y debemos fortalecerla y hacerla efectiva, hoy México vive un parteaguas histórico y hay que entender que “limpiar la casa”, es decir, hacer Transformaciones pacíficas para mejorar lo que se ha vivido en sociedad, implica momentos en que si no queremos que sea la violencia del pueblo la que “quite y ponga”, los poderes se deben concentrar en esa transición democrática que encabeza nuestro presidente de la república, y para evitar suspicacia, diré que a través del voto en las urnas para cambiar las cosas que han dañado a México, y saber y entender que el mejor controlador, auditor, fiscalizador, guardián de la democracia es el pueblo, el que “quita y pone” de forma pacífica o de forma violenta, hagamos que sea de forma pacífica, y no tengamos prejuicios ni pensemos en pequeño porque nos puede pesar muchísimo.
1.-http://jornadaveracruz.com.mx/Post.aspx?id=210503_105539_512.
2.- https://cambiodigital.com.mx/mosco.php?columna=20540.