Boris Johnson, acusado de incitar a la violencia política

Dos detenidos en el acoso al líder laborista Keir Starmer a gritos de “protector de pederastas”. El premier se resistió a retirar sus acusaciones contra Starmer por su pasado como fiscal general

De la tormenta del Partygate a la amenaza de la violencia política. El ‘premier’ Boris Johnson ha sido acusado por varios diputados de su propio partido de incitar a la ira popular “al estilo Trump” contra el líder de la oposición laborista Keir Starmer, que el lunes tuvo que ser protegido por la policía frente al acoso de manifestantes enfurecidos a los gritos de “¡Protector de Pederastas!” cuando entraba en el Parlamento.

El incidente violento se saldó con dos detenidos y varios policías zarandeados, pero el impacto político ha llegado a las puertas de Downing Street en medio de los desesperados intentos del “premier” por renovar su equipo y relanzar su Gobierno. Johnson condenó el acoso a Starmer como “absolutamente deplorable”, pero siguió resistiéndose a pedir disculpas y a retirar sus acusaciones dirigidas contra el líder laborista por su pasado como fiscal general: “Usted pasó más tiempo incriminando periodistas que persiguiendo a Jimmy Savile”.

La referencia a Jimmy Savile, el famoso presentador de la BBC acusado de hasta 300 casos de abusos sexuales (la mayoría de ellos a menores) tras su muerte en el 2011, ha circulado desde entonces en las redes y ha sido explotada por grupos próximos a la extrema izquierda y a la extrema derecha.

El propio Johnson rectificó tan solo parcialmente la semana pasada reconociendo que Starmer no tuvo una responsabilidad personal en la decisión de “no incriminar” a Jimmy Savile durante su etapa como fiscal general entre 2008 y 2013. La corrección del “premier” llegó tarde y mal, cuando el bulo se había convertido ya en “trending topic”.

Curiosamente, los manifestantes que acosaron Starmer habían sido arengados por Piers Corbyn, hermano de el ex líder laborista Jeremy Corbyn, y habían participado minutos antes en una concentración contra las vacunas del Covid. Entre los manifestantes se encontraba también William Coleshill, un ex concejal conservador suspendido del partido sus comentarios racistas y conocido por su canal Resistance GB con sus proclamas contra los confinamientos.

“Esto es lo que ocurre cuando se amplifican las “fake news” y alguien que debería haberlo sopesado mejor da credibilidad a una falsa historia”, se lamentó públicamente el alcalde de Londres, Sadiq Kahn. “El “premier” ha bajado a las alcantarillas y ha decidido reciclar y usar como veneno político las teorías conspiratorias de la ultraderecha”, denunció por su parte el también laborista Chris Bryant, presidente del Comité de Estándares de la Cámara de los Comunes.

“PAREMOS ESTE GIRO AL ESTILO DE TRUMP”

Los ataques más duros contra Johnson partieron sin embargo de los diputados conservadores. “Paremos este giro hacia el estilo de Trump y evitemos que se convierta en la norma de nuestra política”, declaró Tobias Ellwood, uno de la larga decena de diputados que han pedido una moción de censura contra su líder. “El primer ministro debería pedir disculpas, si es verdad que estamos en la Madre de todos los Parlamentos”.

El también “tory” Robert Gale condenó las “escenas horribles” del acoso a Keir Starmer y aseguró que fueron “el resultado del uso directo, deliberado y descuidado del lenguaje en esta Cámara” (en referencia a la acusación por el caso Jimmy Savile lanzada por Johnson contra el líder laborista durante el debate del “Partygate”).

“Es realmente importante para nuestra democracia y para la seguridad de Starmer que las falsas acusaciones sobre Savile sean retiradas por completo”, recalcó el ex secretario de Estado para Irlanda del Norte Julian Smith, que sirvió de “enlace” del Gobierno conservador con el Parlamento entre el 2017 y el 2019.

“Las palabras importan”, le recordó finalmente a Johnson su correligionario Robert Lagan. “Lo que decimos aquí tiene un eco que va mucho más allá del Parlamento y puede tener serias consecuencias en el mundo real”.

La mención al caso Savile provocó el jueves pasado la dimisión de la hasta entonces jefa de la unidad política de Downing Street, Munira Mirza, lamentando el uso de “un horrible caso de abusos sexuales de menores con fines políticos”. El secretario del Tesoro Rishi Sunak se desmarcó también del “premier” y reconoció: “Yo nunca habría dicho eso”. El secretario de Justicia Dominic Raab defendió sin embargo a Johnson alegando que estamos ante el típico “toma y daca” de la política.